Se recomienda visitar al ortodoncista desde que empiezan a salir los dientes permanentes, entre la edad de 6 y 8 años de edad, desde ese momento se puede determinar alteraciones en la alineación de la dentadura.

Los dientes de un niño deben estar rectos y sus mandíbulas deben estar alineadas correctamente. Es beneficioso que un ortodoncista examine a su hijo mientras todavía tiene algunos de sus dientes de leche. A los siete años, normalmente han surgido suficientes dientes permanentes para evaluar las relaciones que se desarrollan entre los dientes, la mandíbula y los patrones de mordida para que un dentista pediátrico se asegure de que todo en la boca continuará desarrollándose como debería.